viernes, 23 de octubre de 2009

La izquierda en México ¿Ideología vs Pragmatismo?

Hablar de la izquierda, en el espectro político de los partidos, es hablar de uno de los pilares fundamentales de la democracia. Izquierdas y derechas, han formado parte de las democracias consolidadas, las cuales han logrado cristalizarse en partidos, organizaciones civiles y políticas. Negar que existen ambas orientaciones políticas, en función de nuestra propia afinidad política, sería negar parte de la realidad y la convivencia, que puede existir entre ambas, en democracias plurales y fuertes.

Cuando uno analiza a la izquierda en México, y su institucionalización política, se percata que la historia de esta es muy reciente. El Partido Comunista Mexicano, hizo su aparición en 1919, pero desde su creación tuvo pocas oportunidades de consolidarse, ya que a la par se había venido consolidando con el triunfo de los Constitucionalista en la Revolución, un partido de Estado, que a la postre se convirtió en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), él cual retomaba la retórica y las demandas de los sectores obreros que se identificaban con los planteamientos de la izquierda y del partido Comunista. Es cierto que, también la derecha hizo su aparición como institución política en el siglo XX, incluso de una manera un poco más tardía, en 1939, con Manuel Gómez Morín. La aparición de estos espectros políticos en la vida institucional y democrática en el mundo, en general surgió en el siglo XX, y a la vez, ambas opciones, la derecha y la izquierda, tuvieron un auge que en algunos casos eliminaron y en otros lados pusieron en riesgo, la vida democrática de los países occidentales, el caso más patente es Alemania y España.

Sin embargo, volviendo sobre la izquierda en México, ésta constantemente se vio presa de sus luchas intestinas y de las presiones externas por parte del gobierno, lo que fue mermando su capacidad de incidir e incorporarse a la vida institucional del país. El PRI, como partido de Estado, anuló la posibilidad de que existieran otras opciones, y que pusieran en riesgo su continuidad en el poder. No fue hasta las reformas electorales de 1977, con José López Portillo, como presidente, en donde por primera vez, el Partido Comunista, lográ obtener algunas curules en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores. Las constantes crisis económica, el incremento de la corrupción en el gobierno y la creciente deslegitimación del régimen, así como las reformas constitucionales y electorales, que fueron abriendo el espacio a otras instituciones políticas, para iniciar la democratización de la vida institucional del país, lograron que la izquierda fuera generando más adeptos, y casi diez años después de que la izquierda fuera un personaje central en la vida política del país, puso en riesgo la continuidad del régimen.

Las elecciones de 1988, eran reflejo por un lado de la creciente debilidad del régimen, y del nacimiento de una incipiente democracia. Sólo que este último, fue truncado; el fraude electoral, las luchas intestinas en el PRI, y las desmesuras del gobierno de Carlos Salinas de Gortari, pusieron en riesgo la democratización del país. Aunque lo último, afortunadamente, no sucedió, si retraso aún más este proceso. No fue sino hasta 1997, dos décadas después de las primeras reformas, que se logró abrir el paso a una profunda democratización de las instituciones y en el año 2000, terminaba un régimen que había perdurado por cerca de siete décadas.

Sin embargo, a pesar de que la izquierda jugó un papel central en este proceso, su acceso a la presidencia, se vio truncado tanto por circunstancias internas como externas. Las elecciones del 2006, son un reflejo aún más claro de esta situación.

El Partido de la Revolución Democrática (PRD), que hoy día representa la izquierda institucional en México, es preso de esos errores del pasado; pero ahora, que es partido en el gobierno -al menos a nivel estatal-, es más notorio como se han ido diluyendo los idearios que dieron orígen a este partido político, con el pragmatismo a la hora de gobernar y de competir electoralmente con otros partidos. La pregunta es ¿terminará por diluirse su ideología por el pragmatismo que compite por el poder, como ha sucedido con los demás partidos, en particular con el PRI?

Indefiniciones de origen

La izquierda en México ha carecido de definiciones ideológicas. El Partido Comunista de México (PCM), se adhirió al ideario del marxismo-leninismo proveniente de la Unión Soviética y de la Internacional Comunista. Sin embargo, en medio de un contexto que requería la competencia de partidos, la posición ideológica del partido, carecía de engranaje en el contexto y con el afán de insertarse en este, las posturas fueron matizandose. No obstante, en ciertos momentos legitimó y apoyo al regimen de partido, surgido después de la Revolución. El PCM a pesar de su enconada lucha por democratizar el sistema político, su ideario político lo ponía contra sí mismo, lo que en cierto momento su actuación fue marginal, conjugada con la represión por parte del régimen.

Los movimientos obreros en gran parte compartieron el ideario del PCM, sin embargo, la mayoría de las demandas estuvieron ligadas a la satisfacción de las condiciones laborales, por lo que el impacto en el ámbito político, fue mínimo. Esto a la vez, fue disminuido por la cooptación y el corporativismo que el PRI, hizo de los sindicatos, de tal manera que los movimientos obreros eran reducidos o reprimidos.

Cuando el PCM, por fin logra acceder a la Cámara de diputados y senadores, y decide asumirse como parte de los agentes del proceso democrático en México, las demandas se centran en democratizar el sistema de gobierno y los diferentes poderes de la Unión, por lo que, las demandas que eran nodales en la ideología comunista, queda como prótesis.

En el PRI, coexistieron de cierto modo una ala conservadora y otra relativamente progresista en terminos sociales, las cuales en determinado momento alternaban, tal fue el caso de Cárdenas para con Ávila Camacho, y de Ruiz Cortinez con Adolfo López Mateos; sin embargo, esta coexistencia se hizo cada vez más tensa, el intento democratizador de Carlos Madrazo, terminó generando mayores conflictos al interior del partido. Esto desembocó finalmente en la ruptura por una parte del PRI, encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas, hijo del general Lázaro Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, entre otros personajes, tales como Andrés Manuel López Obrador. La falta de democracia al interior del partido hizo que este grupo buscará otras vías diferentes que jamás se hubieran pensado, la democratización del régimen, y por ende un sistema de partidos fuerte.

Para las elecciones de 1988, se constituyó el Frente Democrático Nacional, teniendo como candidato a Cuauhtémoc Cárdenas, el cual logró aglutinar, no sólo un número importante de organizaciones civiles, sino a la vez pequeños, pero significativos partidos de izquierda. No obstante, se sustituyó las definiciones ideológicas, por la búsqueda de una democratización del régimen.

El fraude en las elecciones presidenciales de ese año, retraso el ascenso al poder de la izquierda. Sin embargo, para 1997 la izquierda ya constituida como Partido de la Revolución Democrática, con las reformas que se habían logrado a lo largo de esta década, se logra consolidar un sistema de partidos, a nivel de congresos y en particular en el Distrito Federal, donde el PRI dejó de gobernar y significó el arribo de la izquierda. En el año 2000, se logró la alternancia en el poder y se lograron mayores avances democráticos, al menos en el sistema electoral.

El arribo al poder, llevo a plantearse la relación que se establecería entre la sociedad civil y los grupos de poder consolidados. Este equilibrismo, requirió de pragmatismo más que de una ideología definida, la cual no existía. Esto llevo a que se rompieran ciertos diques, que la propia izquierda se había impuesto en términos de la relación que establecería con ciertos empresarios y la corrupción que fue uno de los elementos más criticados por la izquierda, hacia los gobiernos priistas. Asimismo, de nuevo se observó una falta de democratización interna de este partido, y a acciones que tienden a asimilarlos más hacia el pasado priista, del cual provienen la mayoría de los integrantes del PRD, que de un futuro progresista incluyente y democrático.

Se ha hablado de asumir una ideología de la socialdemocracia, similar a la de Europa y no caer en los radicalismos recientes de América Latina. Encontrar afinidades con el Partido Demócrata, y a partir de ahí, establecer una relación diferente con el vecino del norte, el cual siempre ha mostrado recelo hacia las izquierdas en México. No obstante, un paso fundamental para la izquierda en México, es una definición frente a la sociedad, es asumir esos nuevos cambios que se han venido gestando e incluir a los nuevos movimientos ciudadanos, para ampliar el margen de legitimidad, y así dotar de una nueva inercia al PRD; sin esto, todo intento por maquillar a un partido que parece más parte del pasado, pasará a convertirse en un anticuario más de lo que han sido las izquierdas en México.