sábado, 24 de enero de 2009

Iniciar el debate sobre el proceso democrático en México

Mi recuerdo es vago sobre las elecciones en México del año 2000, para ese entonces la vida política de este país carecía de interés para mi. No obstante, aunque uno quisiera desentenderse, dichas elecciones no pasaban desapercibidas; en mi escuela, en la calle y en todos los medios de comunicación escuchaba como estas elecciones habían representado "el fin de una era, por casi 70 años, del control del sistema político por un solo partido, el Partido Revolucionario Institucional (PRI)".

De igual modo, escuchaba de forma recurrente la palabra "democracia", no obstante, dicha palabra todavía no tomaba ningún sentido para mi. Sin embargo, no tardo mucho para que conociera el significado de esta palabra. Por ese entonces, una caravana muy singular visitó la Ciudad de México, se decían llamar "zapatistas"; pero la verdad es que lo único singular que yo les encontraba es que venían encapuchados, y aún más me causaba extrañeza ese personaje denominado asimismo Subcomandante Marcos, que no sólo era ovacionado por la mayoría de jóvenes y adolescentes como yo, sino que también arrancaba unos suspiros profundos en mi hermana y en ocasiones unos gritos desgañitados por algunas amigas, las cuales sin pudor le gritaban "papasito", "te amo", etc.

La confusión producida por el efecto mediático de unas elecciones, y la visita de estos encapuchados y del Sub, que más bien me parecía un "rockstar", aún no me permitían comprender qué había pasado; cómo de pronto, todo se volvía algarabía nacional, al ver a un tipo botudo y bigoton (que en los pocos comerciales de su campaña que recuerdo de él, le decía "mariquita" y "lavestida" a su oponente, así como mentadas de madre, "tepocatas", "serpientes", etc.) en la presidencia, sólo por el hecho de no pertenecer al partido que se decía había gobernado por tantos años, y ver a esos enchapuchados indígenas, que alguna vez habían enfrentado al ejército nacional, ocupar ahora los asientos y el micrófono en la Cámara de diputados.

Cuando ingrese a la universidad en el 2003, algunas cosas empezaron a tomar sentido. Y en gran medida se lo debo a profesores, amigos y compañeros de clase. Para mi, la universidad me parecía un hervidero político, donde diferentes posturas brotaban por donde sea, percatandome a la vez de lo peligroso que podía ser politizarse sin aprender a analizarse y analizar. Con algunos raspones y silencios de otros compañeros, aprendí a usar antes la razón que las vísceras, y de manera paulatina empecé a observar, estudiar y analizar a este extraño país y su población, al que profundamente pertenezco.

Pero también he de reconocer la importancia de conocer un amigo en lo particular, que influyó fuertemente para que me sintiera cada vez más compenetrado con mi país, Abelardo Rodríguez, quien es investigador y profundo conocedor de las relaciones México-Estados Unidos. En el mismo año que ingrese a la universidad nos conocimos, me invitó a trabajar como su asistente en un libro que estaba escribiendo sobre Bush. Conforme él leía y redactaba su investigación, yo la transcribía al ordenador, y leía con azoro los descubrimientos que éste hacía sobre el funcionamiento político de EU, que hasta la fecha, aunque con ciertas dudas, sigue siendo la primer potencia económica y militar. Me asombraba la fortaleza de su sistema judicial, su creencia por los valores de democracia, libertad, así como sus valores religiosos. Pero a la vez me desconcertaba, porque hacia fuera los percibía de forma diferente, creía que sólo se escudaban en un discurso que legitimaba sus invasiones, así como la imposición de sus políticas a otros países.
Esto en parte es cierto, pero el funcionamiento hacia dentro es diferente, por eso es que me asombró saber que George W. Bush hubiera llegado a la presidencia por un fraude electoral que convalidó la Corte de EU, conociendo la fortaleza institucional de ese país; yo creía que este tipo de cosas sólo sucedían en países subdesarrollados como el nuestro.

Todo para mi, fue una constante de sorpresas, esperanzas y decepciones. La mayor decepción con la que me tope fue con el sistema político gobernado por el PRI, porque mi amigo descifraba con agudeza como dicho sistema unipartidista, (donde las elecciones carecían de oponentes, y más bien se convertían en un referendo para la permanencia en el poder de dicho partido, pero que cuando dicha aprobación se veía amenazada acudían a toda la maquinaria del Estado, para la continuación de su poder), redujó el margen de soberanía de nuestro país y lo supeditó a los intereses de EU. La retórica nacionalista del PRI, sólo fue eso, retórica; detrás de ello se ocultaba de forma lamentable la subordinación y la incompetencia de saberse manejar frente a un vecino que es, la potencia más importante del orbe.

Fue cuando me pregunte ¿Qué pudo haber impedido que México terminara por convertirse en el traspatio de su vecino?
Democracia, fue la palabra clave. La opacidad, la discrecionalidad, el autoritarismo, la falta de debate sobre temas trascendentales para un país y su población, sólo pueden darse de manera efectiva en una democracia. Sin ésta todo lo que se haga es mera simulación.

Fue entonces cuando dicha palabra tomó un sentido relevante en mi vida, y con ello mi interés más decidido sobre la vida política nacional. Pero no basto con eso, cuando creía yo tener claro que la democracia era lo importante, me saltaron otras preguntas ¿cómo se construye la democracia? ¿hay democracias adjetivadas? Si es así ¿entonces qué tipo de democracia necesita nuestro país?

Octavio Paz, fue un referente para mi, por azares cayó en mis manos una compilación de textos políticos del poeta mexicano, "Sueño en Libertad" de la editorial Seix Barral, fue la linterna en medio de la oscuridad. El pensamiento de Paz no sólo me guió en ese sinuoso sendero que es la política, sino además logró extirpar de mi aquellos resabios de autoritarismo y paternalismo, que quedan grabados en el inconsciente por nuestra familia y la sociedad a la que pertenecemos.

La democracia, implica una responsabilidad individual; ésta se construye porque hay personas que asumen que tienen un deber cívico y moral, para consigo, la sociedad y las próximas generaciones. No se está a la espera de que algún personaje llegue a redimir nuestra pesada pobreza y democratice la vida nacional, el tipo de país que deseamos es una responsabilidad individual y compartida, nosotros somos los responsables de construirla.

Y ¿cómo se construye? Con el debate de ideas y con la organización.

Es por ello que he decidido que se abra este espacio para el debate de ideas y la organización en cada uno de los puntos cercanos o distantes de nuestro país.


Vuelvo a hablar sobre mi y la vida política de este país. En el año 2004 sucede de forma inédita el desafuero del entonces jefe de gobierno del Distrito Federal, él cual era uno de los contendientes más fuertes para las elecciones presidenciales del 2006. El motivo por el cual era desaforado era porque no había respetado la resolución de un juez, sobre el predio denominado "El encino". Sin embargo, la credibilidad de dicho argumento era mínima, dado que el gobierno federal encabezado por Vicente Fox, tenía a toda la maquinaria del Estado para ir en contra de un personaje que punteaba las encuestas.

No obstante, la posibilidad de juzgar al exjefe de gobierno, se vio truncada no sólo por lo rentable que resultaba en términos políticos para el inculpado, sino sobre todo por la gran presión que se ejerció por parte de la sociedad civil, a través de una serie de movilizaciones, que hicieron un llamado a que el gobierno federal y todos los otros actores involucrados, respetaran el proceso democrático que se llevaría acabo en las elecciones del 2006, y no fueran ellos quienes decidieran quién sería el próximo gobernante de este país.

Con la presión social llevada acabo por una gran parte de la sociedad, el intento de dejar fuera a uno de los más fuertes contendientes a la presidencia, fue nulificada. No obstante, las elecciones del 2006, significaron un fuerte cisma a las instituciones y a la vida democrática naciente de este país. Difícilmente puedo argüir si hubo o no fraude, no obstante, creo que eso no es lo relevante sino que la credibilidad del Instituto Federal Electoral (IFE) de darle legitimidad y transparencia a dichas elecciones, se vino abajo, no sólo por el no reconocimiento de los resultados, del entonces candidato Andrés Manuel López Obrador, sino principalmente por la intromisión de Vicente Fox, de grupos empresariales y de la poca capacidad del Instituto y del Tribunal Electoral para ser transparentes, y hacer el recuento de los votos para dotar de credibilidad dichas elecciones.

Pero lo más significativo fue que, una gran parte de la población sintió que el proceso democrático de este país de nuevo se había visto truncado, como en el 68 y el 88.

Esta experiencia que la viví de forma tan cercana, me ha marcado de forma importantísima en mi vida, y mi pensamiento político, con una convicción cada vez consolidada, de saber que uno es responsable como ciudadano de construir la democracia y de hacer que esta permanezca, así como de consolidarla y profundizarla.

De nuevo vuelvo a EU. Las elecciones en EU han generado una serie de expectativas en el mundo, no sólo por el hecho de que terminó el mandato de George W. Bush -uno de los personajes más repudiados en el mundo, no sin razón- sino también porque por primera ocasión quien preside el país, es negro. Pero no sólo es el color de la piel, lo que lo hace diferente, sino el contenido de su discurso.

No obstante, con un análisis más informado y frío, las expectativas por que EU deje de ser una potencia imperial, son falsas; no dejará de intervenir cuando sus intereses se vean en riesgo o de imponer su visión hacía el mundo, en particular sobre aquellos países que tiene menor margen sobre sus tomas de decisión, tal como el nuestro.

Sin embargo, lo relevante de este cambio, no es que sea el primer presidente negro demócrata, sino el cambio que pudo concretar la sociedad norteamericana, la lucha por los derechos civiles de los negros, la lucha por el fin de la guerra en Irak por Cindy Sheean, o de otras innumerables organizaciones de la sociedad civil, la comunidad latina, en especial la mexicana, tan fuertemente golpeada por las redadas.

Es las sociedad civil estadounidense la que logró que se concretara dicho cambio, y es ella la responsable de que sea "el cambio para el cambio".
Entonces ¿qué nos enseñan las elecciones en EU? Que la posibilidad de hacer real lo que deseamos y soñamos sobre nuestro país, sólo es posible si nosotros actuamos.

Pero ¿cómo debemos actuar? El debate plural de las ideas es el principio de la acción, que se concreta en la organización.
El siglo XX nos enseñó que aquellas posturas que plantean un cambio a través de la eliminación del otro, terminan convirtiendo el sueño en pesadilla. Debemos aprender a vivir con el otro, ese Otro, que siempre nos parece extraño y amenazante, uno puede vivir mientras exista el otro. Si ese otro desaparece, también desapareceremos con él.

Es cierto que ese otro, puede amenazarnos, incluso intentar eliminarnos, pero entonces tendremos que poner diques sobre el otro y generar los espacios donde uno y el otro, sino convivan al menos puedan consensuar.

Es cierto que habrá muchas divergencias en este espacio, y ese es su fin, pero no podemos caer en el insulto, ni en la cerrazón, porque este espacio dejaría de ser, y con ello las diferentes voces que desean expresarse. Esta es la norma para estar en este espacio.

¿Por qué no empezamos a pensarnos como nación a corto y largo plazo? ¿Cómo nos vemos para las elecciones del 2009? ¿Y en el 2012, habremos dado el salto de esta aparente interminable transición democrática?
Les dejo el espacio, nuestro espacio, para que iniciemos la construcción de eso que deseamos.

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