sábado, 14 de febrero de 2009

¿Cuál es el principio para la construcción de nuestra democracia?

La construcción de la democracia en nuestro país se ha visto tapizada de innumerables discursos, no obstante sólo retomare dos. El primero es la construcción de un sistema político-electoral democrático, donde existan elecciones libres y transparentes, con una competencia equitativa entre los partidos opositores y el partido en el gobierno, asimismo, que este sistema esté dotado de un órgano autónomo, imparcial y ciudadanizado, que organice y realice las elecciones, de tal modo que se garantice el voto de quienes acudieron a votar; esto y otros temas como financiamiento, acceso a los medios de comunicación, han sido uno de los principales temas que se ha discutido, en especial en nuestro país, en los últimos veinte años.

Otro de los temas que han tenido relevancia en la democratización de nuestro país, ha sido la ciudadanía, construir ciudadanía. En este punto la sociedad civil organizada ha jugado un papel importantísimo, primero, porque es ésta quien se ha percatado de la importancia que una persona conozca cuáles son sus derechos y tenga pleno acceso a ellos; segundo, han sido las organizaciones de la sociedad civil, quienes han asumido un papel importante en la participación de la ciudadanía, tomando consciencia de que la información y el ejercicio de los derechos, tiene que construirse a la par y en ocasiones contra el gobierno.

El terremoto de 1985, que sacudió la Ciudad de México, fue el parteaguas de una sociedad civil que se encontraba por un lado truncada por el sistema de gobierno en nuestro país, y por otra parte, por un sector radical pero marginal, que optó por la vía de las armas. La mayor parte de la población comenzó a organizarse frente a la incapacidad del gobierno federal de dar atención a dicho desastre. Dicha organización, ante la tragedia, creó los cimientos de una sociedad civil que se despabiló y reconoció que había que construir junto al sistema político una sociedad capaz de incidir y de apoyar un movimiento que democratizara el país.
Las elecciones de 1988, fueron el resultado de una sociedad que se percató que lo importante era organizarse y actuar activamente en la transformación política del país. Sin embargo, dicho proceso fue truncado con el fraude electoral de ese año.
A pesar de todo, el sistema, en ese entonces el PRI, se cismó y su caída era cada vez más evidente, de tal modo que las elecciones del 94 lo demostraron y en el 2000, fue el cenit de un sistema político gobernado por el PRI, por cerca de 70 años.

Los años 1997 y 2000, representaron la posibilidad de ver un sistema político ampliamente democrático, sin embargo, los resultados no fueron los esperados. Vicente Fox, junto con una clase política y empresarial que deseaba y desea, preservar innumerables prerrogativas, no quisieron la democratización que este país necesitaba. Al paso del tiempo logramos constatar como el gobierno de Vicente Fox, retrocedía, aunque es cierto que no se opuso a la transparentación del manejo de los recursos, y durante su gobierno se creó el IFAI, en otros tantos casos no tuvo la misma disposición. Tal es el caso de profundizar la competitividad en el ámbito económico, tanto en el de la industria, servicios, comunicaciones y el transporte. Asimismo, se impidió la reforma del Estado, que era uno de los puntos nodales para poder dar un nuevo soporte a un sistema que estaba en aras de democratizarse.

No cabe duda que es importante reconocer los avances democráticos que se han generado en el sistema político, no obstante, la democratización profunda que requiere el Estado aún no se ha dado. El Estado necesita fundarse bajo nuevas bases, todavía muchas de las estructuras que hoy operan siguen siendo ampliamente autoritarias o discrecionales. El sistema penal y de justicia, no ha tenido los avances necesarios. En el ámbito de la seguridad pública y nacional aún se sigue operando con formas que están enraizadas en lo más profundo de un sistema autoritario.

Es cierto que si no existiera las mínimas garantías democráticas en el sistema político, difícilmente podrían realizarse una serie de cambios en pro de la sociedad, empero, lo importante no debe ser continuar con lo mínimo, sino reforzar el carácter democrático del Estado para dar fortaleza al mismo y con ello a su propia sociedad.

¿Cuál es nuestro papel? El mismo que jugaron esas generaciones que se percataron de la importancia de participar activamente en la construcción democrática de nuestro país, ese es el principio de edificar un sistema democrático profundo, pero también es el punto de extensión para profundizar la democratización.

Hoy día es evidente como la clase política ha generado un "cordón sanitario" de tal modo que no permite que la sociedad incida en los cambios reales de este país. Las generaciones que apelaron y que han apelado a la democratización de este país, no concibieron que ésta significara la alternancia y competencia, entre los miembros de la propia clase política. La democracia es y se concibe cuando la sociedad civil está presente, tanto en las tomas de decisiones relevantes para nuestro país, como en los beneficios que trae consigo la democracia.

La manifiesta precariedad económica, la inseguridad, la violación de los derechos humanos, la impunidad, son los síntomas que nos hablan de la urgencia por participar activamente en la democracia de nuestro país. Es importante, tener claro, que no hay democracia sin desarrollo económico, no hay democracia cuando la vida de la población se ve amenazada, no hay democracia cuando se violan permanentemente los derechos de una población, no hay democracia cuando aún habiendo culpables no hay castigo.

Ese es nuestro papel, mi papel, construir activamente la democracia que nuestro país requiere.